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Quien, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma

Quien, que no era yo, te habia marcado el cuello de esa forma Mercado Pago Libro Físico:

AGOTADO! (pedidos exclusivamente de ejemplares de colección)

1ª Edición. Beatriz Viterbo. 1993. AR. Idioma español. 284 páginas. Dimensiones: 19x12cm. Literatura argentina. Ficción. ISBN: 9508450008

Una fábula de la vanguardia queer publicada en Rosario a inicios de los años '90.

Libro de culto que amplió las fronteras de la representación homosexual en la literatura latinoamericana. 

"Quién, que no era yo... se destaca como una de las mejores novelas queer (avant la lettre) de Argentina por su claro deleite en la ironía y la fabulación; exhibe el placer de contar historias, entre otras cosas, a través de la narración del placer". Peter Teltscher. Universidad de Munich. LEER ARTICULO COMPLETO: EN ALEMAN - EN ESPAÑOL)

 

Who, who wasn´t me, had marked your neck like that

A fable of the queer avant-garde that tells the obsession of a meek desk theatrical journalist by a young man who works in hardcore gay porn.

Idioma Español. Otros idiomas: disponible.

Derechos de reedición mundial: disponibles.

1st Edition. Beatriz Viterbo Editora, 1993. Spanish. Other languages: available. Rights available.

Disponible para consulta en: Stanford University Libraries

 

 

(VIENE DE HOME)

1993

Los rechazos editoriales de este libro difícil de clasificar permitieron a su autor seguir una gran recomendación de la académica María Teresa Gramuglio para ofrecerlo a dos profesoras de la ciudad de Rosario, Adriana Astuti y Sandra Contreras, que estaban abriendo la colección Ficciones de Beatriz Viterbo Editora

Gramuglio fue una de las profesoras de Margulis en la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos Aires durante los complejos años de transición que hubo entre el fin de la dictadura y los inicios de la democracia argentina. Ella escribió la contratapa de su ópera prima, Papeles de la mudanza, de 1988.

Quien, que no era yo, te había marcado el cuello de esa forma fue uno de los primeros títulos que publicó la editorial rosarina, junto a El llanto, El volante y Cómo me hice monja, de César Aira; Los elementales de Daniel Guebel y 40 watt de Oscar Taborda.

La ilustración correspondió a Jichosai, acuarelista japonés del siglo XVIII, y fue una de las pocas que no pintó Daniel García, quien hoy recuerda que Adriana y Sandra consideraron que si Alex había propuesto una imagen debía ser ésa la de la tapa.

La novela fue presentada por Gloria Pampillo y el autor en la Librería Clásica y Moderna de Natu Poblet, el 22 de noviembre de 1993.  Esa noche también estuvieron, entre el público de amigos, familiares y periodistas, la crítica Beatriz Sarlo y el cineasta Rafael Fillipelli, la escritora Paula Pérez Alonso, los poetas Guillermo Saavedra y Daniel Samoilovich...

 En cuanto al argumento de la novela, podría decirse que solo se narran “los enredos del ambiguo Max Broden, casi adolescente, con el ya maduro plumífero Luciano Quaranta en la ajetreada redacción del gran diario”, como reza en la contratapa.

Sin embargo, “bajo la máscara del texto, que tal vez pueda catalogarse como una 'novela cómica moderna', aparece reiteradamente el serio desafío que plantea la masculinidad desterritorializada para determinar la posición del individuo”, escribió en su tesis de doctorado el académico Peter Teltscher, de la facultad de Letras en la  Universidad de Munich, Alemania (LEER ENSAYO COMPLETO EN ESPAÑOL).

Sarlo elogió un tiempo después, sotto voce, las virtudes literarias del Margulis escritor y periodista. Fue durante un asad en la casa de éste, y calificó el QQNEY como “un libro post-Puig”.

 

1994

A poco de circular, la obra produjo un curioso escándalo a contrapelo en el mundo gay. Quienes ejercían su opción de género no binario sin adherir al espíritu de ghetto lo amaron. Los caudillos de la avanzada en los estudios queer lo denostaron en silencio.

Quienes amaron la obra, reconocieron la importancia de que un escritor  heteresosexual hiciera ficción con esos temas. Desde el mismo canon, el primero en reconocer sin vueltas sus valores públicamente fue el poeta y narrador Wenceslao Maldonado. Primero en la revista El Gato Negro; después, en NX Periodismo Gay para todos.

Aparecieron también reseñas críticas en el suplemento de cultura Primer Plano del diario Página 12, que dirigía Tomás Eloy Martínez, firmada por Juan José Becerra; en el suplemento literario del diario La Nación, dirigido por Jorge Cruz, firmada por Daniel Celis; en la revista Espacios de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos, que dirigía Carlos Dámaso Martínez, firmada por Gloria Pampillo.

En La Nación, donde el autor trabajaba desde hacía un par de años escribiendo una columna bajo el seudónimo (colectivo) de El Príncipe, se publicó un Anticipo y a la vez, María Ester Vázquez lo entrevistó en una charla que también incluyó a Victoria Slavuski.

En la Agencia Télam fue incluido dentro de una lista de autores de literatura homosexual (sic) que seguían buscando su espacio de reconocimiento social, ya no literario. El artículo, sin firma, emparentó a Alejandro Margulis con los autores Manuel Mujica Laínez, Oscar Hermes Villordo, Héctor Bianciotti, Carlos Arcidiácono, Néstor Perlongher, Fernando Noy, Arturo Carrera y, por extensión de estos últimos, con José Lezama Lima. Así como con las autoras Diana Bellesi, María Moreno, Claudia Schvartz y Mirta Rosenberg.

En otro reportaje de Télam, el escritor contó que para componer su trama se basó libremente “en un texto de Juan Carlos Onettti -El infierno tan temido- donde hay un chantaje sexual por medio de fotografías”.

La sorpresa plasmó en varios representantes de la intelligentzia equívoca. El perspicaz profesor Daniel Link indagó largamente a Margulis hasta descifrarlo, para una nota en Le magazine litteraire que jamás publicó.

Lo que (a)firmó un consagrado

1997

El exquisito editor Edgardo Russo, que tuvo a su cargo  la edición de un conjunto de entrevistas a escritores canónicos realizadas por Margulis para Editorial El Ateneo, lo acusó de ser “un falso gay” en una reunión de cumpleaños del poeta rosarino D.G. Helder.

Por esa época el Premio Nacional de Literatura, Andrés Rivera, que había disfrutado mucho de los Papeles de la mudanza (1988), ópera prima de Margulis, al leer editado el Quien que no era yo…, cuyos bocetos conocía, le concedió el derecho de publicar “pornografía” si eso era lo que él quería hacer.

Tiempo después, abrumado por una carta de Margulis, le rogó que no siguiera vacilando entre ser periodista del diario de los Mitre o un escritor independiente: “de la decisión que adoptes está pendiente la literatura argentina”, (a)firmó Rivera.

 

Otros popes, otros ámbitos

(Rodolfo) Fogwill y Ricardo Piglia la bendijeron; Fogwill, porque se reconoció bien retratado en uno de los personajes, aludido como "el novelista ciego de moda"; Piglia, porque el final de la novela -"eso tan difícil de encontrar", dijo- le pareció perfecto.

El reconocimiento internacional

2002

El académico alemán Peter Teltscher ubica la novela en línea genealógica con El juguete rabioso de Roberto Arlt. 

  Margulis extiende el problema de la pérdida de distancia entre el narrador y el narrado por el aspecto de la homosexualidad y así ilustra vívidamente sus cualidades desterritorializadoras y generadoras de ficción. Al igual que con Arlt, la homosexualidad inicia procesos de ficcionalización que tienen un potencial perturbador. Con Arlt, la 'ficción homosexual' directa se limitaba a las pocas frases con las que el gay contaba su historia de vida (ficticia y novelada). Indirectamente, sin embargo, la fuerza desterritorializadora sigue teniendo un efecto sobre Silvio: en su propio discurso (el del narrador), Silvio deja que "ella" nazca. Da un giro más a la ficción de lo gay y siente una enorme inseguridad. En el texto de Margulis, en cambio, no hay límites para la ficcionalización homosexual. Un 'narrador homosexual' (como el gay de Arlt) no puede identificarse como hablante directo en el texto. La moderación de la(s) voz(es) homosexual(es) en la novela está en manos de Walter, quien se posiciona como un hombre heterosexual e inicialmente se siente seguro en la matriz heterosexual”.

“(En) el narrador homosexual de Arlt el homosexual diseña su vida deseada con referencia a estereotipos sociales y patrones tradicionales de acción. El uso del condicional permite y posibilita la articulación de este ideal. Como mujer, dice el homosexual, podría encontrar su lugar en la sociedad. En la historia de Silvio, el homosexual toma espacio con su propia historia 'haciendo algo' (Certeau) del orden heterosexual, una norma localizada. (…) Sin embargo, Silvio logra estructurar su propia historia. Es precisamente esta estructuración la que es cada vez más imposible para Walter. Quién, que no era yo... muestra de manera impresionante hasta qué punto la desterritorialización se vuelve más machista”. 

Y finalmente la destaca, sin medias tintas, entre lo mejor de la literatura argentina queer del último siglo:

Quién, que no era yo... se destaca como una de las mejores novelas queer (avant la lettre) de Argentina por su claro deleite en la ironía y la fabulación ("Relájate y goza, escritor." 129); exhibe el placer de contar historias, entre otras cosas, a través de la narración del placer. Como un juego interminable de ambigüedades, el texto construye identidad(es) solo para inmediatamente deconstruirla nuevamente. Presenta paradigmas, clichés y estereotipos para borrarlos a través de la ironía. Sin embargo, bajo la máscara del texto, que tal vez pueda catalogarse como una 'novela cómica moderna', aparece reiteradamente el serio desafío que plantea la masculinidad desterritorializada para determinar la posición del individuo".

Libros

Männlichkeit im Spannungsfeld zwischen Macho und 'marica' in der argentinischen Erzählliteratur (1839 - 1999). By Peter Teltscher. 2002


En Hombres con hombres con hombres. .. (1839 - 1999) Capítulo sobre QUIEN, QUE NO ERA YO... Escrito por Peter Teltscher. Universidad de Munich. 2002


ANTICIPO en Diario La Nacion. Domingo 17 de octubre de 1993


INSTANTANEAS Literatura en zona de riesgo. Por María Esther Vazquez. La Nación. Diciembre de 1993


PARABOLA DE LA SOLEDAD. Por Daniel Celis para La Nación. Domingo 9 de enero de 1994


NOVELA SUSURRADA. Por Juan José Becerra para Suplemento Primer Plano de Página 12. Editor: Tomás Eloy Martínez. Domingo 20 de febrero de 1994


ALEJANDRO MARGULIS. LA PORNOGRAFIA COMO INSPIRACION. Agencia Télam. 2 de febrero de 1994


LA CUESTION HOMOSEXUAL GANA ESPACIO EN LA LITERATURA. Agencia Télam. 29 de Julio de 1994


En "El gato negro". Por Wenceslao Maldonado. 14 de Noviembre de 1994.


PERIPECIAS DE UN "NARRADOR" IMPIADOSO. Por Gloria Pampillo en Espacios de crítica y producción. Publicación de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires . N°15. Editor: Carlos Dámaso Martínez - Diciembre 1994


POR EL CAMINO DE MAX. Por Wenceslao Maldonado en "NX Periodismo gay para todos". Noviembre de 1995


Emecé - Informe Anónimo. 1992


Sudamericana - 2 Informes Anónimos encargados por Luis Chitarroni. 1992


Planeta - Informe de Lectura de Claudio Zeiger. 1992



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